jueves, 18 de junio de 2015

PANDORA


Bishna despegó sus ojos con esfuerzo tras una calurosa y húmeda noche de agosto, en la que ni los tambores resonantes de la fiesta de su barrio, ni el posterior repicar en su persiana de la lluvia que anticipaba el Monzón, le habían permitido conciliar un sueño profundo.

Como cada día, a las 5:45, Bishna se calzó sus alpargatas de bambú, se resfrecó la cara, aún sudorosa, y se vistió con las manos mojadas, mientras, apresuradamente se deslizaba por la escalinata que lo conduciría a la calle, al mundo real, ese en el que los coches pitaban y se amontonaban en cruces de barro color curri y donde, pocas manzanas más allá encontraría la fábrica. La fábrica: esa gran bestia que cada mañana devoraba los minutos de salud de cientos de jóvenes, que apesadumbrados, pero al fin, agradecidos, le regalaban una vida arrebatada a las artes, las ciencias, los sueños, a cambio de un cuenco de arroz y unas cuantas rupias.

Bishna era un chico diferente, a pesar de que su piel teja y con ojos azabache no se distinguían de los de otros miles. A menudo era reprendido en el trabajo por tener la cabeza en otra parte, lejos, muy lejos. Bishna miraba sin interés el telar frente al que se sentaba 18 horas al día, 7 veces por semana y todos pensaban que de un momento a otro su cuerpo caería como un peso muerto al quedarse dormido frente a la máquina. No era así; tenía un plan. Un plan que se entretejía entre los hijos de algodón que tensaba de sol y sol y que le mantenía vivo.

La vida en la ciudad de siburna era ligera, breve, rendida a la obligación y al esclavismo horario, pero había dado mentes brillantes, como la del anciano Rapghbu, bisabuelo de Bishna. Dedicado como sus antecesores y sus predecesores a la manufactura de telas que en occidente se comercian por más de lo que valen sus propias existencias, Rapghbu empleó toda su potencia en el antiguo arte de leer las palabras que pensamos. Esta era una actividad tan extraña como olvidada, pero presente entre las más destacadas personalidades sacerdotales que poblaron en algún momento esa remota región de la India, otrora cuna de los saberes no escritos. Durante los primeros años de aprendizaje Rapghbu parecía absorto durante horas, intentando descifrar los pensamientos de los tejedores que se hacinaban en el taller donde trabajaba, pero finalmente, estos se desmigajaron en el aire como si quisieran llegar a su entendimiento por el oído, por los ojos, por los poros. El anciano consiguió llegar a comprender qué era el dolor, la ilusión o cuáles eran los deseos más ocultos de aquellos pobres de espíritu que sólo habían conseguido llenar sus vidas con hijos, trabajo y arroz.

Consciente de su poder intentó trasmitir su habilidad a todos los hijos, nietos y bisnietos que quisieron prestarle unos minutos de atención, pero no consiguió más que burla y recriminaciones por parte de quienes nunca supieron entender ni lo que se escucha. Hasta que Bishna llegó al mundo. Una tarde de otoño su nieta dio a luz en la enfermería de aquella oscura fábrica a una criatura que no quiso abrir los ojos hasta cumplir un mes. Ese bebé creció y Rapghbu intuyó que su pequeña cabeza era como imán que atraía hacia sí todo lo que sus sentidos le alcanzaban y, por ello, creyó reconocer en él la habilidad que tanto tiempo había estado desarrollando. Rapghbu paseaba por la barriada donde residía de la mano del, por entonces pequeño Bishna, invitándole a observar cada insignificante detalle de las monótonas vidas de sus vecinos. Los pocos años que acudió a la escuela, absorbió el uso de las palabras para poder describir lo  inquietante y cotidiano del pensar de los humanos y comenzó, como su abuelo, a desvelar el contenido de sus frecuentemente dormidos cerebros. Rapghbu se fue, y Bishna permaneció en un mundo que había sido reducido a la necesidad, la cual implicaba no pensar para poder sobrevivir de una manera eficiente y paupérrima. Soñaba con otros lugares lejanos en el que los pensamientos de los viandantes que se chocaban contra él en las abarrotadas calles, tuvieran diferente color, diferente peso, materia  y contenido. Un lugar en el que su don no le produjera desazón por la desesperanza.

En ese viaje imaginario hacia lo desconocido se encontraba Bishna cuando su superior le golpeó implacable con una vara de bambú para que volviera a su maquinal trabajo. Y quizás ese fue el momento en el que todo cambió.

 

 

lunes, 16 de marzo de 2015




La leyenda del tiempo- camarón



El sueño va sobre el tiempo
Flotando como un velero
Nadie puede abrir semillas
En el corazón del sueño

El tiempo va sobre el sueño
Hundido hasta los cabellos
Ayer y mañana comen
Oscuras flores de duelo

El sueño va sobre el tiempo
Flotando como un velero
Nadie puede abrir semillas
En el corazón del sueño

Sobre la misma columna
Abrazados sueño y tiempo
Cruza el gemido del niño
La lengua rota del viejo

El sueño va sobre el tiempo
Flotando como un velero
Nadie puede abrir semillas
En el corazón del sueño

Y si el sueño finge muros
En la llanura del tiempo
El tiempo le hace creer
Que nace en aquel momento

El sueño va sobre el tiempo
Flotando como un velero
Nadie puede abrir semillas
En el corazón del sueño

El sueño va sobre el tiempo
Flotando como un velero
Nadie puede abrir semillas
En el corazón del sueño
Fuente: musica.com

Camarón

lunes, 3 de noviembre de 2014

LA DEMOCRACIA DEL PENSAMIENTO ÚNICO: ¿PODEMOS?

Desde la aparición del fenómeno social PODEMOS me ha parecido un asunto muy interesante y lo he seguido.

En septiembre me molesté en echar un vistazo a su Web en la que ya figuraba un documento programático de lo que entonces no era un partido, sino u
n “movimiento”. Entonces escribí el documento sobre las propuestas económicas de PODEMOS que adjunto a esta publicación para ordenar ideas e ir comparando con lo que pasaba. 

Transcurridos los meses ya figura en la web de PODEMOS el “Documento final del programa colaborativo”, resultado de “un proceso de elaboración colectiva del programa de Podemos a través de un método abierto y ciudadano en el que han participado miles de personas. Partiendo de la propuesta de un borrador el proceso ha consistido en tres etapas: (i) debate y aportaciones on line a título individual, (ii) enmiendas colectivas de los Círculos Podemos y (iii) referéndum online sobre las enmiendas.”

Yo, que a pesar de todo, sigo siendo algo inocente, me dispuse a comparar los cambios introducidos por este proceso tan democrático sobre las propuestas económicas iniciales, pero ¡SORPRESA!: NO HAY MODIFICACIÓN ALGUNA, el texto final del programa económico es la literal reproducción del “borrador” inicial (no veréis nada rojo en la tabla). Jamás he visto tal consenso sobre un asunto, esto es lo que se llama pensamiento único (¿de quién será el pensamiento?).

Adjunto mi inmutable tabla para que cada cual saque sus propias consecuencias, por mi parte me hago las siguientes preguntas:

1ª.- ¿Quién va a pagar todas las mejoras económicas que van a ser un derecho para los ciudadanos españoles?.
2ª.- ¿Son compatibles en el marco legislativo de la Unión Europea muchas de las propuestas que se indican? Más aun, en el marco del Derecho Internacional?.
3ª.- Cuando en el texto se cita a “ciudadanos”, “ciudadanía” o “trabajadores” encargados de realizar funciones específicas de control y gestión ¿a quién en concreto se están refiriendo?, ¿cómo se determina quién y cómo se hace esto?.
4º.- ¿Esto no se ha hecho ya antes?.









martes, 27 de mayo de 2014

Un cuento cualquiera: LOGOTROPIA Y LA PALABRA


Hacía ya bastante tiempo que en el planeta Logotropia la palabra había inundado los oídos de sus habitantes animados.
Al principio, la palabra surgió del ritmo que los instrumentos con los que los artrópodos inteligentes de logotropia comenzaban a construir sus primeras guaridas para refugiarse del sol, que en ese planeta se convertía en el principal enemigo para la vida, p...or su excesiva proximidad. En esos tiempos todos eran felices al acompasar sus desconocidas voces con esos sonidos secos de piedras que chocaban entre sí; todos gruñían a diferente tiempo que sus compañeros de solar, pero poco a poco comenzaron a comprobar que el efecto que producía en sus oídos el resonar de varias de sus gargantas al unísono, les removía las entrañas, de alguna manera, les hizo entender que eran uno, que eran prácticamente lo mismo y que los que se oían entre sí formaban parte del mismo grupo de seres que luchaban por sobrevivir al sol de Logotropia. Gracias a esos ruidos intercambiaron piedras para construir sus parasoles y comprobaron que se eran útiles entre sí.
Un buen día, en una de esas comunidades de artrópodos parlantes, uno de ellos decidió elevar sus sonidos sobre los de los demás y modificar el ritmo de su voz con respecto a las piedras con las que golpeaba los cantos que empleaban para curtir las plantas que les protegían de los rayos. Soltó sus útiles de trabajo y se dedicó a cantar. En ese momento creyó que su vida podría acabar, al no ser práctico para la comunidad, pero lejos de ello, los demás miembros del grupo le rodearon y comenzaron a imitar sus caóticos sonidos arrítmicos, esos sonidos que les hacían diferentes, individuos independientes, a esos sonidos los llamaron logo, y mucho después, palabras. El primer artrópodo que usó el logos, descubrió el poder de su garganta, se sintió superior a sus vecinos de solar. Su atrevida idea le había llevado a pensar que al día siguiente inventaría otra serie de sonidos nueva, que haría que los logótropos volvieran a rodearle e imitarle. Así ocurrió, y poco a poco los artrópodos comenzaron a permitir a ese igual que amenizara sus mañanas de trabajo diurno con sus originales logos, evitándole la pesadez de curtir hojas a cambio de su excepcionalidad. Con el paso de los meses, los días transcurrían lentísimos para el primer logótropo parlante, mientras observaba trabajar a los que antes eran sus iguales. El tedio de los días hizo que éste, intentara conocer a sus vecinos por medio de sonidos, consiguiendo diferenciarles por sus rasgos particulares, de manera que todos los días que se sentaba al sol a emprender su nueva mañana de cánticos, comenzaba a echar de menos, a saber los horarios, gestos y costumbres de los que trabajaban a su lado. A cada uno lo distinguió con un sonido diferente que equivalía a su rasgo más característico. Uno dormía más, otro sonreía al conseguir terminar su trabajo, otro intercambiaba sus hojas poco trabajadas a su compañero, siempre disperso, y este juego comenzó a alegrar los días de nuestro primer parlante, mientras que sus sonidos se multiplicaban tanto como habitantes había en el poblado. Cuando descansaban, momento que ocurría cada día de luna llena del mes, los trabajadores adoraban al parlante, y este, en agradecimiento y para sentirse menos solo, les regaló su nombre.
Pronto, los artrópodos aprendieron todos los nombres propios de sus compañeros de aldea y con ellos, su significado, de manera que se sintieron felices al poder ordenar su caos cuando, por ejemplo, eran capaces de llamar al vecino preciso que les facilitara las lascas de piedra que necesitaban para terminar su trabajo, o podían reclamar agua al tener sed a quien tenía un cántaro. Poco a poco el primer parlante consiguió manipular los sentimientos de sus iguales, porque los nombró tras su experiencia y observación, entonces, la palabra surgió de lo que antes no había existido por no ser definido. Este logótropo primigenio envejecía y decidió reproducirse para enseñar el lenguaje de los sentimientos a sus hijos, que serían los que ordenaran las actividades y conductas de sus respectivos coetáneos.
Poco a poco los descendientes de este primer parlante pensaron de qué manera los sentimientos de sus vecinos podrían combinarse de la mejor manera posible para conseguir que fueran semejantes a ellos mismos, poseedores del conocimiento y catalogación de las actitudes y comportamiento de los habitantes de las tierras del sol. Fue entonces cuando crearon unas normas basadas en la imitación (la única capacidad que sus vecinos conocían) de las habilidades que adornaban a sus iguales :“destreza”, “esfuerzo”, “alegría”, “amor” e “inteligencia” y con más o menos atino, estos pequeños artrópodos comenzaron a diferenciarse en su interés y capacidad de éxito en el arte de la imitación de los “sentimientos buenos”, aquellos que les conducían a la plenitud.
De esta manera surgió el amor por la palabra en los artrópodos de ese solar de Logotropia, la palabra les había dotado de unicidad por medio de la imitación, de modo que alcanzaron un desarrollo total del conocimiento de los sentimientos constructivos y por ende, de los destructivos, habiendo prevalecido entre ellos siempre la imitación de lo que ellos llamaban “ el saber de sombra”, aquel que les procuraba la vida y les evitaba la destrucción. Los diferentes pueblos de las llanuras de logotropia habían ido desarrollando a su manera un modo de conocerse a sí mismos y entre sí, pero los primeros logótropos de cada tribu, habían tomado decisiones diferentes acerca de si querían compartir con sus vecinos el conocimiento de la diferenciación de actitudes que la observación por su tiempo libre les había permitido aguzar, pues ellos eran adorados y preferían mantener su unicidad a compartir su saber. Estos pueblos no fomentaron la palabra, pero se hicieron fuertes, pues el logótropo primero estableció unas normas acerca de actitudes de trabajo a imitar, que sus vecinos debían de seguir para protegerse a la sombra, crecer y alcanzar a las ciudades que poseían el codiciado saber de las actitudes y que tan en peligro ponían sus controles oligárquicos del trabajo.
Las primeras ciudades se hicieron amables para sus habitantes, entre los que destacaban los aristoi, aquellos logótropos que más exquisitamente habían desarrollado el saber de la sombra, para guiar a su pueblo hacia nuevas y mejores imitaciones de sentimientos constructivos. Las sociedades de saberes aristoi fueron perfeccionándose a la vez que olvidaban el significado original de las palabras, porque en su imitación del conocimiento habían obviado el observar en cada uno de ellos algunas cualidades que les hacían no sólo perfectos, sino únicos por alguna pequeña imperfección que les llevara a un replanteamiento de sus principios. Es por ello que comenzaron a olvidar el logos, lo original, y se perdieron en una maraña de palabras relacionadas con la excelencia, entre las que cualquier concepto intruso sería igualmente imitado por el no cuestionarse lo que podría hacerles felices y únicos, al superar los problemas básicos de existencia debido al calor solar.
Es en ese momento de plenitud y de decrepitud simultánea de la sociedad artrópoda aristoi, cuando a su ciudad de perfecta sombra llegó un pueblo vecino de logotropia gobernado por un euloi, el que posee el saber único de las palabras trabajo, y cuya estirpe habían conseguido que su ciudad creciera de un modo más rudimentario que la ciudad del conocimiento aristoi, pero a la vez paralelo, por la desvinculación de sus artrópodos con la realidad, la observada y la conocida, respectivamente. Los aristoi observan que el gran euloi es representativo de lo algunas de las cualidades que ellos consideraban necesarias para el saber, y por lo tanto le cedieron el gobierno de la ciudad. Los ciudadanos euloi desconocían los saberes aristoi, y por ello continuaban con su incansable trabajo productivo de ampliación de su rudimentaria ciudad. Mientras, los ciudadanos aristoi, habiendo olvidado el arte de la observación, comenzaron a no saber expresar en nombres las cualidades de sus nuevos vecinos, y con esa frustración, también le perdieron el sentido a emplear el habla, pues sus palabras no eran entendidas por el jefe euloi, al considerarlas poco productivas. De esta manera, las palabras de acción del trabajo borraron las del primitivo conocimiento de la observación de la cualidad del ser y toda la sociedad de Logotropia se vio avocada a la vuelta del canto unísono al ritmo de sus primitivas herramientas de curtir.

domingo, 20 de abril de 2014

EL MACHISMO EN EL HARD ROCK Y EL HEAVY METAL

EL MACHISMO EN EL HARD ROCK Y EL HEAVY METAL

En menudos jardines me meto, diréis, y más siendo cantante en precisamente estos dos estilos musicales, pero bueno, hoy me desperté guerrera y hacía tiempo que quería escribir sobre este espinoso tema.

Para comenzar, quería aclarar varias cosas, para que mis queridos chicos no se enfaden y es que quiero decir que yo nunca me he visto presionada por ningún componente de ninguna de las bandas en las que he estado, desde los 14 años, a vestir de tal o cual manera o contornearme más o menos en el escenario, siempre les ha parecido todo bien y me han piropeado convenientemente. Gracias J . Gracias también por improvisarme camerinos para cambiarme y cederme los vuestros, siendo a veces 20 contra 1. 

Tampoco creo que sea una cuestión, paradójicamente,  de que los chicos músicos deseen o impongan lo que sea a sus componentes del grupo femeninos, siempre minoritarios, es más bien una cuestión o un rol que nosotras hemos asumido por osmosis, por Mötley Crue, por Kiss, por Warrant, por todos aquellos que han empleado el papel de la mujer como jarrón con tetillas, bajo una falsa justificación de enaltecimiento de lo femenino (podrían haberse ahorrado el favor) o directamente ni eso, como algo decorativo de usar y tirar  y cuanto antes mejor. Todos esos grupos me han encantado, no por eso, sino por su música, y de hecho me siguen gustando. He evitado siempre las canciones ofensivas, eso sí, hacia nosotras,  en todos los idiomas que he conocido, sobre todo en español e inglés, ya que no me gustaría subvencionar con mi dinero unos cuantos artistas que se enriquecen a costa de convertirnos en cuarto de kilo de carne con esos "temazos".

Por otra parte, y es lo segundo que me gustaría destacar antes de empezar a repartir, es que como veis, hablo en primera persona del plural porque me incluyo la crítica, no creo que a pesar de que siempre piense antes de salir a cantar que no quiero convertirme en una longaniza con mini falda, lo consiga. Yo me propongo no ser la típica cantante que más que venderte voz te vende carne a la entrada del concierto, desde los carteles, pasando por los videoclips y terminando en el duro y crudo directo en el que como punto culmen, cumples las expectativas de tu público (sobre todo masculino) más exigente, enseñando bien culo y tetas, el pack completo exigible. La verdad es que siempre me he formado vocalmente y que he sido cantante desde antes de empezar a hablar (sí, aprendí antes a cantar que hablar) y que he intentado mejorar y sigo intentándolo, desde que me dedico más a ello, desde los 10 años. También es cierto que siempre me han encantado las faldas, los volantes y todo eso. Creo que desde que tengo uso de razón me he puesto faldas porque me gustaban y zapatos de tacón desde que aprendí a no caerme de ellos. Los que me conozcan, sabrán que igual que cantaba, Irene Persa con 3 años iba vestida a todas partes de 3 maneras. La primera era un traje de sevillanas (si era necesario con un chándal debajo) con peineta, rabillo en los ojos y zapatos de tacón de sevillana. La segunda era de bailarina (idem lo del chándal) y la tercera era lo que yo conocía como “chica yeyé” con una falda de volantes y lunares con la que daba vueltas para que volara.  Eso no vino impuesto de casa, mi madre vestía y viste de lo más cómodo y deportivo, sino que me viene a mi porque sí. Dicho esto, puede parecer que cuando salgo al escenario a veces soy super provocativa ( y quizás no me libro de un poco de Mötley Crue) pero es que siempre fui así.

Dicho esto, hay ciertas cosas que he observado a lo largo de todo mi tiempo rockeril, que me parecen tristes. Yo no me considero una feminista de estas feminazis que dictan cómo tienen que vestir y comportarse las mujeres y consideran a los hombres inferiores, muy al contrario de eso, me encanta que la gente sea diversa (cuanto más mejor) y creo que somos diferentes con respecto a los hombres, pero igualmente valiosos como personas.

Partiendo de ello, hay hechos que me parecen hirientes y que siempre he querido denunciar.

Me parece increíble que haya mujeres que corean felices en los conciertos, que se compran cd´s y como si nada, de grupos que nos tratan como basura. Me ahorraré citar los ejemplos españoles, porque puede que además me toque compartir escenario con ellos alguna vez, pero si lo hago, no me cortaré de expresarles que me parece denigrante el cómo nos tratan y han tratado desde los años 80. Compran a mujeres por droga para que suban a su escenario a quedarse en pelota picada delante de una masa de babosos que esperan que se quiten el tanga ya, y que olvidan hasta por qué estaban ellos en ese concierto. Me parece igualmente denigrante que esas mujeres se dejen manosear en público por alguien que podría ser su padre como ejemplo de lo machos que son, de cómo caen las nenas en sus brazos, ellos, alfas del rock de cartón piedra, que hacen las delicias de los que “se las tenían que quitar de encima” 30 años atrás. Un espectáculo patético, con el que todavía podemos deleitarnos tanto en Ex pain como fuera de nuestra península.

Otro ejemplo de algo parecido, son aquellas front woman que han tomado el rol de ese tío patético, rey de la barra americana, que he descrito anteriormente. Suelen salir al escenario como la titi que se espera en escena en un concierto de Kiss, para no dejar lugar a la duda de que ellas son muy rockeras y muy ochenteras, a ser posible con 3 tallas menos de la ropa que necesitarían, sobre todo de sujetador. De vez en cuando cantan muy decididas ellas una canción tipo “quiero ser tu baby doll” en cualquier idioma como si se estuvieran comiendo el mundo, aunque se humillen ante cualquier maromo musculoso tanto en sus videoclips como en todo su merchandising. Suelen tener, curiosamente, un público bastante repartido en cuanto a sexos se refiere, y es impresionante cómo se las toma como ejemplo de fortaleza femenina, de poder, cuando en realidad están vendiendo todo lo que ellos esperarían ver en un espectáculo claramente machista, en el que ellas perfectamente, en cuanto dejaran el micrófono, podrían pasar a formar parte del attrezzo de cualquier show del estilo de los del anterior párrafo.

Luego están los grupos que como conjunto femenino se hacen el propósito firme de intentar aparentar ser las más fáciles del lugar, dejándoselo bien claro a todos antes de empezar a componer la primera canción.  Antes de estudiarse la primera versión, se han hecho una sesión de fotos profesionales con poca ropa que comienzan a enviar a agencias de management para tener cerrada una gira previamente a aprender a tocar. En nuestro querido país podemos disfrutar de algunos de estos conjuntos musicovocales, más parecidas a Miley Cyrus antes de su primera clase de canto, que a sus supuestos iconos del rock, pero oye, ahí están, y yo no soy nadie al lado de una multinacional que debería saber lo que firma y…cómo lo firma.


Siempre adoraré más a Doro Pesch, gran cantante, mujer, luchadora, tía guapa, sexy, a la que no le ha hecho falta enseñar sus vergüenzas para vender centenas de miles de discos, que a Lita Ford, que sí que ha necesitado tirar de tanga para hacer llegar más lejos su voz. Espero que lo que queda por venir sea de verdad mucho más guerrero, tanto por ellas como por ellos, y que todas nosotras pensemos dos veces qué estamos vendiendo cada vez que subimos a un escenario. 

sábado, 22 de junio de 2013

miércoles, 29 de mayo de 2013

GRACIAS A REIXA LOS AUTORES COBRARÁN UN 50% MENOS ESTE SEMESTRE.

Remito al texto lanzado por José de Eusebio, presidente de ACAM, denunciando la sangrante situación económica en la que Reixa ha dejado a los autores españoles de música.
 
CAOS ECONÓMICO EN LA GESTIÓN DE REIXA
Ayer mi teléfono no dejaba de sonar. Yo, como socio 63.125 de SGAE y, después, como presidente de ACAM, llevaba meses advirtiendo del desastre económico al que nos dirigía Reixa en SGAE. Teníamos los datos, sabíamos las cifras, conocíamos la gestión y, como era de esperar, se nos silenciaba a través de la asfixia económica, de la censura y del descrédito que ...vociferaba en contra de mis afirmaciones y las de la Asociación que presido.

 Una bajada súbita y a traición de sueldo del 50%, desconocida hasta la fecha en ninguna profesión que yo conozca en el mundo occidental, se hacía ayer oficial.
Desde ayer, todos los autores que pertenecen al Colegio de Pequeño Derecho en SGAE, el de los autores que todos Uds. conocen, escuchan, bailan y tararean a diario, pudieron obtener los datos de su próxima liquidación de Junio porque SGAE, finalmente, les ha permitido acceder a sus cuentas. Se lo han permitido tarde, mal, pero con la cruda realidad delante de sus pantallas.
De todos los autores que han llamado a nuestras casas y móviles, de todos los que nos han escrito con extrema preocupación, de todos los que, y no fueron pocos, directamente nos rogaron que les informáramos de cómo acceder al fondo asistencial de SGAE, aquel que ayuda a los casos de extrema necesidad económica entre sus socios, se extraía una frase común: ¿Cómo ha podido ocurrir esto en tan poco tiempo? 

 El autor vive de su trabajo, como cualquier otra persona. SGAE le abona dos veces al año, en el caso de Pequeño Derecho. En Junio y en diciembre. Ayer los autores de SGAE supieron que no van a poder sobrevivir ni mantener sus casas hasta final de año. Ayer los autores supieron que no podrán pagar el colegio de sus hijos, que les podrían embargar sus bienes, como ya está ocurriendo en casos tan increíbles como brutalmente crueles. Desde ayer los autores saben que jamás les engañé, que sabía lo que pasaba, que ACAM jamás les engaño, como en tantas otras cosas tal y como se podrá ir comprobando, y que las cifras son las que son.
La recaudación y liquidación de los autores de Pequeño Derecho ha bajado entre un 35% y un 50% en tan solo unos meses. Es la mayor bajada de sueldo de cualquier profesión que yo conozca en mi entorno laboral. Y no se debe a la crisis, sino a la nefasta, nula, incompetente y peligrosa gestión de Reixa y sus Consejeros. Así de duro y así de claro.

 Pero el dato no acababa ahí. Otros colegios, como el de audiovisuales y el de editores, o mantienen sus cifras o las aumentan. La única bajada brutal e histórica la sufre el Colegio de Pequeño Derecho, el de los autores que aportan el 80% de los ingresos de SGAE, aunque, paradójicamente, reciben solo el 60% de lo que ingresan en aras de una solidaridad con los demás colegios que integran SGAE y que no facturan lo suficiente.

 Mañana hablaré de dónde se fue el dinero que SGAE tenía como reserva de emergencia para que esto jamás ocurriera. Mañana comenzaré a escribir a diario acerca de qué ha hecho Reixa y sus Consejeros y quiénes les ha obligado a hacerlo. Y a cambio de qué.
Ahora solo quiero dirigirme a todos esos autores que ayer no durmieron pensando en sus familias, en su hipoteca, en sus hijos y en cómo aguantar hasta fin de año con un 50% menos de ingresos en su nómina sin previo aviso. Hay algo urgente que hacer.

 La SGAE, y aquellos que corean su gestión, intentará desviar la atención sobre las desastrosas cifras de su gestión financiera atacando al Gobierno. Suena a chiste pero no lo es. Pedirán unidad para combatir la nefasta nueva Ley de Propiedad Intelectual. Y lo peor es que sí, que esta nueva ley es nefasta y podría hundir aún más a la creación en España para situarla en niveles tercermundistas. Pero llegan tarde. Para hacer lobby y haber conseguido algún cambio en el ante proyecto de ley deberían haber empezado a actuar hace casi dos años y, como poco, desde el primer segundo en que llegaron al control de SGAE ya hace más de un año. El lobby no se hace con fiestas folclóricas en la calle, ¡no se hace en la calle!, no se hace insultando. Jamás se hizo así. Se hace con tiempo, desde Europa, con tantas reuniones como hagan falta y tantas ideas en la mesa como sean necesarias. Puedo atestiguar que Reixa no ha hecho esto jamás. He tenido durante los últimos ocho meses hasta tres rondas con los parlamentarios, directores generales y autoridades que se ocupan de la nueva Ley de Propiedad Intelectual. Solo en la última ronda de conversaciones alguien mencionó que SGAE había contra propuesto alguna idea. Llevo meses hablando con las organizaciones europeas de autores que, además de no dar crédito al reparto manual del Pendiente de Identificar (casi 80 millones de obras identificadas en cinco meses y a mano) no entendían cómo SGAE no estaba más activa en el Parlamento Europeo con la nueva Ley de Propiedad Intelectual que se nos avecinaba.
Pero eso, incluso eso, da ahora lo mismo. Los autores han cobrado, sin previo aviso, hasta un 50% menos de su sueldo. Y no van a poder subsistir hasta fin de año.

 Es hora de unirse, sí. Pero para parar esto, para decir la verdad. Es hora de unirse para conseguir que se devuelva el dinero identificado de manera supuestamente fraudulenta. Es hora de unirse para pedir explicaciones en las próximas Pre-Asambleas y en la Asamblea Nacional de SGAE. Es hora de unirse, sí, pero para conseguir que estas cuentas que se presentan ahora no se aprueben en Asamblea. Es hora de plantar cara porque una rebaja salarial de un 50% solo es posible en un país tercermundista y el entorno de SGAE no lo es. Es hora de ver, contar, asumir y cambiar la verdad.
Tenía los datos. Los expliqué. Ahora los autores los pueden comprobar en sus liquidaciones. Ahora saben que otros son los que les engañan.

José De Eusebio
Socio N. 63.125 de SGAE